29 de diciembre de 2010

LA FELICIDAD

LA FELICIDAD

La principal motivación para realizar este pequeñísimo estudio viene de la observación directa del grado de insatisfacción que abunda en algunas personas, inclusive aquellas que poseen elevados niveles socioeconómicos o gozan de cierta fama o reconocimiento social o cultural.

Todos conocemos la “promoción” en los medios masivos de información de los diferentes “satisfactores” que se imponen a la sociedad como supuestas fuentes de felicidad. Todas se refieren a la adquisición de objetos y la preponderación del “tener” con el aparente menor esfuerzo. El condicionamiento socio cultural y educativo también resalta como “camino” a la felicidad la posesión de bienes o títulos de alguna índole.

El trabajo de introspección y autocuestionamiento, tal vez con algunos apoyos de lecturas o terapéuticos, puede enriquecer las aspiraciones de las personas para reconocer la felicidad como energía intrínseca, natural en todos los seres humanos. La experiencia a lo largo de la historia personal arroja suficientes elementos para reconocer que es LA PROPIA POSTURA ANTE LA VIDA, LO QUE DETERMINA LA FELICIDAD para cada uno.

La condición humana nos da la oportunidad de vivir emociones y eventos que tendrán el significado que el propio catálogo interno de representaciones adjudicará en cada caso. Entonces, vale la pena revisar ese “catálogo”, calibrarlo, actualizarlo de manera que también los significados sean más precisos, más profundos, más cercanos al sentido más elevado de nuestro Ser.

Vale la pena, pues, reflexionar, elevar la conciencia y encontrar un significado mucho más elevado a cada circunstancia de la vida, más allá de la apariencia y lo que genera en nuestra psique. Vale la pena asumir la postura del propio testigo, disfrutando las experiencias de cualquier índole que se presenten y sin identificarnos con ellas de manera que las podamos detectar como circunstancias y no como “cosas que nos suceden”.

Sí, parece que sí es verdad, es lo que decidimos hacer, pensar o sentir de las circunstancias lo que realmente genera efectos en nuestro Ser; no los eventos como tales o lo que otras personas hacen.

Nuestra conciencia y su nivel de apertura y evolución es lo que determinará y motivará la felicidad en cada persona, ya sea como un estado interno o como un estado de ánimo; ya sea como un sentimiento pasajero o como una nueva postura ante la vida. Sin caer en positivismos superficiales pues no se trata de usar lentes color de rosa para negar el caos o la negatividad sino de APRENDER A ASIGNAR UN SIGNIFICADO MUCHO MÁS ELEVADO A CADA VIVENCIA DESDE UNA POSTURA DE INTELIGENCIA Y AMOR, como fuerza vital no como energía “romanticona” y desde la capacidad con que podemos ejercer la propia LIBERTAD.

¿Qué es?
¿Cómo se consigue? ¿Cómo se crea? ¿En qué consiste?
¿Dónde se encuentra? ¿Cómo permanecer en ella?
¿Qué hacer para que no desaparezca?

Al parecer, la gente feliz es más sana que la gente infeliz. Parece que la felicidad causa cambios bioquímicos al cerebro, los cuales a su vez tienen efectos muy benéficos en la fisiología.

¿Qué origina la felicidad?

Esta pregunta surge como parte del camino del Autoconocimiento. La reflexión acerca de lo que hace felices a las personas puede ser muy profunda y vale la pena hacerla con exhaustividad.


Por eso y para estimular el trabajo autorreflexivo, presentamos aquí el Análisis y Conclusión de la encuesta realizada durante los días 24, 25, 26, 27 y 28 de diciembre del 2010 a través de cuestionario enviado por correo electrónico a más de 50 personas a quienes agradecemos cordialmente su participación en este estudio y cuyas edades fluctuan entre los 35 y 55 años de edad, todos con grado universitario y ejerciendo, en su mayoría la carrera que cursaron.

Descrpción.
La mayoría de las respuestas refirieron a la felicidad como un elemento intrínseco del ser humano y no dependiente de tiempo y circunstancia, generalmente. Lo describen como un “estado” interno principalmente y después como un sentimiento.

La evocación o motivación del “estado” de felicidad es adjudicado a posturas ideológicas más que a factores externos (metas alcanzadas, personas cercanas, circunstancias, etc.)

Ante el cuestionamiento acerca de la frecuencia en que los participantes se sienten felices, las respuestas se esparcieron entre “frecuente, regular y poco”, siendo escasa la respuesta “muy frecuente” y con la presencia de “no sé” como opción.

La mayoría de los participantes afirman haber experimentado felicidad hace menos de una semana, algunos expresan menos de un mes y hay una referencia a no recordarlo.

Casi todos sugieren la necesidad de crecer como personas, enriquecer el ámbito interno del ser y aprender a ser tolerantes y a ver la vida desde otra perspectiva sin interpretar las circunstancias como barreras o impedimentos para lograr la felicidad. Algunos consideran la definición de metas y su logro para alcanzar la felicidad.

La disposición de los participantes parece amplia cuando expresan en su mayoría la necesidad de crecer, cambiar el punto de vista hacia la vida, desarrollar cualidades y vencer “defectos”. Casi la mitad mencionan cambios trascendentes que refieren dirigir lo mejor de ellos al servicio y apoyo de sus semejantes y del entorno.

Como contraste a las propias afirmaciones de los respondentes, la fuerte mayoría señala cambios personales, internos como el camino a la felicidad. Algunos, muy pocos realmente mencionan la modificación de las circunstancias como la vía a la felicidad.

Análisis.
En un contexto amplio del panorama de respuestas, encontramos posicionado en el terreno mental-racional el concepto de FELICIDAD como un estado interno generado por el propio hecho de estar vivos y tener la capacidad de disfrute de ello. Se habla de plenitud y agradecimiento con una fuerza creadora como factores más que suficientes para ser felices.

Muchos admiten sentirse frecuentemente en este estado a pesar de reconocer, más adelante que requieren de cambiar su visión de la vida y modificar la interpretación de las circunstancias, coincidiendo con las “recomendaciones” hacia otras personas.

Una conclusión inmediata es que muchas prsonas han permeado favorablemente el concepto de Felicidad como identidad del Ser aunque todavía no encuentran la forma de vivirlo cotidianamente.

Por otra parte, podemos observar positivamente la intención de búsqueda interna para encontrar la forma de vivir en felicidad.

Más profundamente es perceptible la tendencia a conectarse con una fuente primigenia en donde, se confía, existe la "verdadera" felicidad.

Desde la perspectiva sociológica ya es claro que muchas personas no están totalmente convencidas que los satisfactores materiales sean los únicos estimuladores de el estado de felicidad. Aunque hay un reconocimiento a aceptarlos como "reflejo" de plenitud interna y congruencia con el entorno y el desarrollo de las habilidades al servicio de otros.

Todavía necesitamos aplicar mayor voluntad a nuestro crecimiento personal y desapegarnos de lo evidente e inmediato para aceptar que ATREMOS LO QUE SOMOS y que podemos DECIDIR que QUEREMOS SER.

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