4 de marzo de 2014

LA QUEJA

Todos nos quejamos de algo alguna vez o muchas veces a lo largo de la vida, cada día. La queja es muy útil para vivir. Así manifestamos nuestras inconformidades o dolencias.

Al  despertar, posiblemente nuestra primera expresión sea un "¡ay!" exclamando algún dolor, incomodidad física o hasta enojo por tomar conciencia de un nuevo día. Así dejamos en claro al Universo nuestro disgusto por haber despertado una vez más o en tan poco tiempo, nuevamente "cinco minutos más" antes de aceptar casi completamente que el día ha llegado ... otra vez!

La imagen en el espejo, sus detalles ...

El tiempo, los años, los kilos, los centímetros de más o de menos ...

El poco descanso nocturno, nos lleva a la queja. Las pesadillas o la noche sin sueños enaltecedores. El sonido del despertador. El clima (cualquiera) es motivo de queja. Si tarda en atemperarse el chorro de la regadera o si sale "demasiado" de algo.

La prisa porque la familia se aliste o porque la ropa no está planchada o donde nos imaginábamos. Si hay desayuno, no apetecemos o sentimos la gana de otra cosa. Si no hay desayuno, O el café está demasiado caliente o el jugo demasiado frío o de sabor no agradable.

Veamos, ¿de qué más nos quejamos?
De la ineptitud de los que nos rodean, de lo incomprensivos que son con nuestra capacidad o sensibilidad. La ineficacia de algunas instancias. El tráfico, la gente, DE TOOOODOOO .... un momento ...

No es verdad no nos quejamos de todo, por ejemplo .....





Y tú, de qué NO te quejas? 

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